Noche de fuego, es una cinta que desnuda la violencia que se vive en las montañas de Guerrero, por culpa del crimen organizado, todo ello, desde la perspectiva de tres inocentes niñas que en cualquier momento pasaran a ser posibles víctimas.
Por: Oscare A. Modilgliani.
| Viernes 4 de marzo, 2022, Ciudad de México
| Tiempo de lectura: 5 min

Recuerdo que mi abuela solía contarme, que, en los tiempos de la Revolución mexicana, las madres de familia solían esconder a sus hijas en los rincones de las casas, para evitar que los revolucionarios se las robaran para cometer actos atroces con ellas. Esas espeluznantes historias parecen pertenecer a un pasado muy lejano, pero, para nuestra desgracia, las mismas siguen vigentes, sólo que, de cierta forma, nos negamos a aceptarlas y callamos, como si eso evitara que siga sucediendo; precisamente, la película, Noche de fuego, pone el dedo en la llaga
Tatiana Huezo, es más que una directora de cine destacada, es una activista social. Ella lucha contra la injusticia desde su trinchera, va armada, únicamente, con la lente de su cámara, la cual va desnudando esa cruda realidad que nos negamos a ver o a creer que existe. Sus anteriores trabajos avalan su activismo social, ello ha quedado claro con los multipremiados documentales “El lugar más pequeño» (2011), «Ausencias» (2015) y «Tempestad» (2016)”.

Te podría interesas
5 lugares para salir a comer con tu familia este día de la niñez
Come rico y a precios accesibles en la Ciudad de México, en lugares de mucha… Continúa leyendo 5 lugares para salir a comer con tu familia este día de la niñez
Noche de fuego (2021), es una película de ficción, basada en el libro “Ladydi”, de la escritora Jennifer Clement, sin embargo, la cinta tiene cierto aire a documental, no solamente por la influencia de Tatiana Huezo, hacía ese género, sino por la forma de contarnos una historia que tiene mucho de real y poco de ficción. Lo destacable es la forma tan sutil de retratar la violencia silenciosa que viven las mujeres de la montaña de Guerrero, ya que no utiliza escenas gráficas, sino sugeridas, dejando todo a la imaginación del espectador.
Muchas cintas, al abordar una problemática desde la perspectiva de un niño, tienden a caricaturizar o endulzar de cierta forma la realidad. Lo interesante de esta cinta, es que no cae en ese recurso, mantiene un equilibrio donde podemos comprender perfectamente la realidad que viven las protagonistas y todo el entorno que las rodea.
Podemos entender a las madres que tratan de proteger a sus hijas de ese velo de violencia al que se ven sujetas, mismo al que se tienen que enfrentar y protegerlas, aunque esto signifique esconderlas en un hoyo para evitar que las rapten. Así también, podemos entender todas las dudas que se generan en las pequeñas al no entender lo que sucede, al no obtener una clara explicación de sus madres. Como cuando se roban a Juana, no entienden porque se fueron o si se la llevaron, mucho menos comprenden que de alguna forma ellas pueden ser las siguientes.
Algo que llama poderosamente la atención, es que, en esta cinta, se logra que tengamos empatía con los personajes, sin caer en el sentimentalismo barato, para sentir el dolor o la angustia que predomina en el ambiente.

Te podría interesas
Las amistades peligrosas
Una relación sin respeto ni confianza, una tragedia adolescente que se oculta tras una amistad… Continúa leyendo Las amistades peligrosas
Una escena que me parece sublime, es cuando la mamá de Ana, lleva a su hija para que le corten el cabello, ya que busca, de cierta forma, ocultar la feminidad de su hija, para que no llame la atención de los grupos criminales. Ana, no comprende del todo porque le arrebatan cierta parte de su belleza, su mamá le dice que es por cuestiones escolares y de salud, pero esa explicación parece no ser suficiente. La niña aguanta estoicamente sus sentimientos cuando le cortan la coleta. Su madre y su amiga parecen compaginar con el dolor de Ana, ella simplemente reprime su llanto.
Los mechones caen a montones ante el paso de la fría tijera, las lágrimas se acumulan, hasta que éstas escapan finalmente de sus ojos. Ese dolor tan natural, me hizo recordar a la escena de la actriz Marie Falconetti, en la película del cine mudo “La pasión de Juana de Arco (1928)”, del Director Carl Theodor Dreyer. Esto es un ejemplo de que no se necesita una sobreactuación, efectos de luz o música de fondo, para hacernos sentir el dolor real del personaje.

Lo interesante de Noche de fuego, es que nos hace reflexionar acerca del daño que sufren las niñas que habitan en las comunidades alejadas del país, están prácticamente desamparadas por la autoridad y al capricho de grupos delictivos.
Esta es una cinta que nos hace pensar, ¿Dónde queda nuestro derecho a vivir sin miedo? Y ojo, porque no solamente puede aplicar esto para una comunidad, región o país en particular, es un problema que está latente en muchas partes del mundo. La pregunta que queda es ¿Qué haremos para cambiar?