Interrupción Legal del Embarazo, un derecho en conquista

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El 26 de abril se conmemoran las Reformas sobre la Interrupción Legal del Embarazo en Ciudad de México. ¿Cuáles han sido los cambios y permanencias?

Por: Greta Nuño // @violetporpl

| Viernes 26 de abril, 2024, Ciudad de México.

| Tiempo de lectura: 7 min.

Foto: Cuartoscuro

El 26 de abril de 2007, en Ciudad de México, los derechos reproductivos de las mujeres dieron un paso importante al despenalizarse y legalizarse el aborto. Sin embargo, a diecisiete años de su legalización, aún sigue habiendo sesgos para que las mujeres de cualquier condición social puedan acudir a interrumpir su embarazo de manera libre. Hoy en día, a pesar de que este procedimiento esté despenalizado a nivel nacional, aún hay falta de información para que las mujeres y personas con capacidad de gestar, puedan acceder a este de manera segura.

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La interrupción voluntaria del embarazo, como problema social y de salud pública, es un tema vigente desde hace varias décadas. Se ha buscado reconocer la importancia de este procedimiento para las personas con capacidad de gestar y la libertad que implica para ejercer sus derechos sexuales y reproductivos, sin importar etnia, clase o raza.

A pesar de que la lucha por la despenalización del aborto comenzó en los años treinta, durante la segunda ola feminista surgida en los años sesenta, se reivindicaron las formas de concebir la sexualidad de las mujeres y sus derechos ante esta. Bajo dicho contexto surgieron las peticiones por la liberación de los métodos anticonceptivos y la despenalización del aborto, como asunto de salud pública y de justicia social.

En el caso de México, fue hasta 1972 que se llevaron a cabo conferencias donde se trataron temas relacionados con los derechos reproductivos de las mujeres, pertenecientes a diferentes estratos sociales. Estos espacios condujeron a la formulación de propuestas y demandas como la de “Maternidad Voluntaria”, donde se versaron puntos importantes como: el acceso a una educación sexual amplia y para todos los niveles de educación; que los métodos anticonceptivos tuvieran un bajo costo para que todas las mujeres tuvieran acceso a ellos; la prohibición de la esterilización de las mujeres; acceso al aborto como último recurso.

Foto: El Universal/Archivo

La injerencia de grupos conservadores y religiosos en la política propició que las demandas de las mujeres quedaran a la deriva y se produjeran una serie de violaciones a sus derechos en diferentes entidades, por considerar que no eran sujetas de derecho ni de decidir sobre su cuerpo.  

Después de varios casos de violaciones a los derechos reproductivos de las mujeres, el 18 de agosto del 2000 se aprobaron reformas al Código Penal conocidas como “Ley Robles”, en el entonces Distrito Federal, donde se posibilitó constitucionalmente el acceso al aborto en casos de violación, inseminación artificial no consentida, malformaciones graves del producto y en caso de un embarazo de alto riesgo.

La Ley Robles, abrió la pauta para que el 24 de abril de 2007, fuera aprobada la despenalización del aborto, dentro de las doce semanas de gestación, en el Distrito Federal (hoy Ciudad de México). A partir de este momento, se abrieron espacios para que las personas con capacidad de gestar, pudieran hacerlo de manera gratuita.

Foto: Reuters

En este contexto, la lucha por la legalización y despenalización del aborto; la impartición de una Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas; el acceso libre y gratuito a métodos anticonceptivos; se ha mantenido. Ante esto, han surgido movimientos que han luchado desde el plano legal y político, para que las leyes hagan valer y respetar el derecho a decidir de las mujeres. Sin embargo, ha sido una carrera llena de obstáculos debido a la existencia de un sistema donde los varones han seguido regulando la salud reproductiva de las mujeres.

Interrupción voluntaria del embarazo

Desde 2007, año en que el aborto fue despenalizado en Ciudad de México, las legislaciones de otros estados comenzaron a modificarse al respecto, aumentando las causales. Hoy en día, los estados en los que el aborto está despenalizado son: Ciudad de México, Oaxaca, Veracruz, Baja California, Baja California Sur, Hidalgo, Colima, Sinaloa, Guerrero, Quintana Roo y Aguascalientes.

Las causales que existen para interrumpir un embarazo en México son: cuando el embarazo es producto de una violación; cuando la continuación del embarazo afecta la salud de la mujer; cuando el embarazo pone en riesgo la vida de la mujer; si el producto presenta una malformación congénita grave; si el embarazo es producto de una inseminación artificial en contra de la voluntad de la mujer; si el aborto fue provocado de manera imprudencial; cuando la economía precaria de la mujer se agrava al continuar el embarazo; por libre decisión de la mujer.

Cabe destacar que el número de causales está determinada a partir de la legislación de cada estado, por lo que hay algunos donde el aborto es más restrictivo que en otros.

En 2021, se declaró inconstitucional criminalizar el aborto de manera absoluta en Coahuila. Este hecho dio pauta a que en 2023 el aborto se despenalizara a nivel federal, por lo que ya no se podrá denunciar, investigar o castigar a quien decida abortar o al personal de salud. A partir de este dictamen, ningún juez podrá dictar sentencia por abortar de manera voluntaria y dentro de las doce semanas de gestación.

A pesar de la resolución de la Suprema Corte por derogar las normas que criminalizan el aborto en otras entidades, no todas las legislaciones estatales han acatado el fallo.

Foto: EFE/Jose Luis de La Cruz

Desde 2007, se han llevado a cabo doscientas setenta y tres mil Interrupciones Legales del Embarazo, según el Informe proporcionado por la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de México, el cual abarca hasta el 31 de marzo de este año.

Las variables indican que el rango de edad de mujeres que más acuden a un ILE, es de entre 18 y 24 años, seguidas por las mujeres de 25 a 29 años. En su mayoría, son mujeres que son estudiantes o trabajadoras del hogar. En contraste, solo el 1 por ciento del total, no cuenta con nivel educativo alguno.

Cabe destacar que la realidad socioeconómica de muchas mujeres en el país no les permite acceder a una clínica para interrumpir su embarazo, por lo que el acompañamiento y acercamiento de información son herramientas para que más mujeres puedan acceder a un aborto seguro.

¿Es seguro realizar un aborto desde casa?

Dentro de la lucha por la legalización y despenalización del aborto existen grupos y organizaciones de mujeres que brindan información sobre salud sexual y reproductiva, incluyendo información sobre la interrupción del embarazo. En varios países han surgido las Redes Feministas de Acompañamiento de Aborto, las cuales se han dedicado a apoyar a las personas que deciden abortar, desde los cuidados.

Foto: Cuartoscuro/Archivo

Rebeca Moncada, feminista y acompañante de mujeres que deciden interrumpir su embarazo desde hace siete años, cuenta cuál ha sido su experiencia y las dificultades que muchas mujeres enfrentan al no tener una buena información para llevar a cabo una interrupción adecuada.

Durante el último año de preparatoria, en conjunto a otras luchas que iban surgiendo, surgieron conversatorios en torno a la interrupción del embarazo y el acceso de las mujeres de escasos recursos a este procedimiento, por lo que Rebeca pudo interesarse en el acompañamiento.

«Cuando empecé a adentrarme al feminismo, estaba muy presente el componente de clase en la Ciudad de México, tienen acceso a interrumpir su embarazo, pero ¿las pobres?, ¿las que no tienen acceso a un aborto seguro y gratuito?… ¿Qué hacen? Después de investigar vi que ellas son las que mueren abortando; fue ahí que conocí la consigna “Las ricas abortan, las pobres se mueren intentándolo”.

Fue hasta la universidad que tomó un curso y, a partir de ese momento comenzó a dar asesorías y a ayudar a chicas que decidían abortar. Sin embargo, Rebeca recalca que ha aprendido mucho de las chicas a las que ha acompañado porque en las clínicas, muchas veces, no se informa sobre las observaciones y precauciones que deben tener durante el proceso.

Siempre trato de darles ciertos tips que en las clínicas no les dicen. Las chicas necesitan saber que es recomendable tomar tecito para relajar, comer frutas, no comer picante antes, que traten de estar en un espacio relajado, que estén acompañadas de personas que las puedan apoyar”. 

Rebeca recalca que, en su caso, ser acompañante representa ser una amiga que será guía para las personas que están pasando por un proceso de aborto:

«Siempre es necesario comentar que la chamba que hacemos es de una amiga que en ese momento necesitan. No somos enfermeras ni médicas, porque no estamos capacitadas para eso«.

Abortar en casa es seguro, siempre y cuando se cuente con el acompañamiento necesario y calificado pero, lo mejor es que este procedimiento se pueda realizar en condiciones dignas.

«En Europa hay clínicas especializadas donde las mujeres pueden acudir a interrumpir su embarazo, de manera digna. Se tendría que pensar que, en un futuro, la exigencia será que el aborto se pueda realizar en condiciones dignas, como en clínicas especializadas».

Foto: Oscar Guerrero

Violencia obstétrica en el aborto

La violencia obstétrica consiste en la deshumanización, maltrato fisico o psicologico, hacia mujeres o personas con capacidad de gestar, por parte del personal del salud. Este tipo de violencia la enfrentan 3 de cada 10 mujeres en México. Sin embargo, en el caso de las personas que deciden interrumpir su embarazo, también se vuelven victimas de este tipo de violencia, por el hecho de decidir sobre su cuerpo.

En las clínicas, el personal de salud no está capacitado para atender y guiar estos procedimientos. Entiendo que tienen mucha carga de trabajo, pero deben de tener sensibilidad porque hay muchas mujeres que sufren violencia obstétrica. O sea, ese mismo personal de salud que violenta a las mamás que están en labor de parto, también van a violentar a las que no quieren ser mamás”. Comenta Rebeca.

Gabriela López, originaria de la Ciudad de México, en 2019 acudió al Hospital Materno Infantil Inguarán a realizarse una ILE, sin embargo, a pesar de estar convencida y segura de la decisión, el personal de salud del hospital ejerció violencia obstétrica hacia ella y las demás mujeres que acudieron ese día, por el hecho de ejercer su sexualidad y acudir a interrumpir su embarazo. De esta manera, Gabriela quedó decepcionada del trato que recibió durante todo su procedimiento, debido al estigma y machismo que hay hacia las personas que deciden abortar.

El médico que estuvo a cargo de orientarnos y revisarnos, constantemente nos sexualizaba al hacer comentarios sobre nuestro cuerpo, sexualidad y hasta nos miraba lascivamente. Claramente lo hacía porque nos consideraba “fáciles”. Además, el personal en general nos cobraba, de alguna manera, el procedimiento, porque nos pedían copias o material de papelería, eso sin contar las veces que nos hicieron sentirnos culpables por tomar esa decisión”.  Comenta Gabriela López.

Al estar consternada por el trato de los médicos, Gabriela añade que la información brindada en torno a los cuidados fue muy pobre, debido a que sólo le explicaron a qué hora debía tomarse el Misoprostol al día siguiente.

 “Llevaba siete semanas de gestación, por lo que el aborto fue farmacológico, a través de una dosis de Mifespristona y cuatro dosis de Misoprostol. Recuerdo que el médico encargado, no nos brindó información suficiente sobre los cuidados y atenciones que debíamos tener en casa, por lo que, al no tener apoyo, no me percaté de que estaba sangrando mucho«.

Foto: Selene Soto/ Women´s Link

A la semana y media de someterse al procedimiento, Gabriela volvió a la universidad, pero sufría de dolor de cabeza y tenía un olor fétido en la sangre que expulsaba, por lo que decidió acudir al médico de la universidad. Al no poder atenderla, le dieron una hoja de urgencias para que se presentara en la sala de urgencias de un hospital materno infantil, con la finalidad de que revisaran su proceso.

«Cuando llegué a la clínica, vi que habían muchas chicas que estaban pasando por el mismo proceso que yo o que habían abortado espontáneamente. Cuando me revisaron, no dudaron ni cinco minutos y decidieron ingresarme porque, al parecer, tenía producto en el útero y eso podía desencadenar una infección y posteriormente la muerte. En ese momento no sabía qué hacer porque mi familia no estaba enterada de que yo estaba abortando«.

Nuevamente, Gabriela se enfrentó a personal de salud que la culpó y quiso humillar por decidir sobre su cuerpo. En este caso, sin tener certeza, habían decidido practicarle un legrado sin importar las consecuencias en su útero.

«Cuando me ingresaron, me pasaron a la sala de parto y habían muchas mujeres en labor de parto. Ahí, un grupo de médicos se acercaba cada cinco minutos a ver mi vulva y a introducir sus dedos en mi vagina. Recuerdo que el médico encargado comentó a los demás que yo había abortado y por lo tanto tenían que pasarme a quirófano para practicarme un legrado. Afortunadamente no pasó, pero estuve a punto de que me hicieran ese procedimiento».

La reducción de las mujeres y la creencia de que no pueden decidir, llevó a los médicos a acusarla con sus familiares, por lo que, Gabriela a pesar de haber decidido abortar de manera consciente, se arrepintió por la estigmatización que la sociedad, incluyendo su familia, tendría hacia ella.

«Mientras estaba en recuperación me sentía muy triste y mal porque sabía que llamarían a mi familia. Después, cuando mi madre fue a verme, me comentó que el médico responsable, el mismo que quería practicarme un legrado, le dijo directamente a mi padre que había abortado y que por eso estaba ahí, con un tono burlón y de acusación. Después, cuando salí del hospital, pasé por una grave depresión. Me sentí muy sola y juzgada«.

Rebeca Moncada, apunta a que el servicio de salud debe de estar preparado para este tipo de procedimientos, además de que debe de haber una sensibilización. Por otra parte, señala que dentro del procedimiento, también es necesario incluír ayuda psicológica.

«Es una ventaja que sea legal en la Ciudad de México porque, de menos, hay un servicio gratuito; sin embargo, algo que hemos estimado varias compañeras, es que se requiere que además de esa atención médica, se tenga atención psicológica. O sea, que se les dé un seguimiento, mínimo de once sesiones de terapia, que son tres meses, para que puedan hablar de eso con especialistas en el tema”. Agregó Rebeca

Se requiere de una atención integral, no solo la parte médica, sino que también tengan la parte de contención emocional y psicológica para las que lo requieran”.

Otros casos

Hoy en día existen herramientas jurídicas que permiten a las mujeres acceder a un aborto seguro y gratuito en algunos estados del país, aunque no esté legalizado en su entidad. Por lo que es necesario dar a conocer esta información para que las personas gestantes puedan hacer valer sus derechos reproductivos.  

La NOM-046 (Norma Oficial Mexicana 046 SSA2-2005 Violencia familiar, sexual y contra las mujeres) es la norma con la que cualquier mujer puede interrumpir su embarazo de manera legal, si fueron victimas de violación. La ventaja que tiene esta Norma, es que no es necesario comprobar que ya fueron a denunciar, si no que en la clínica pueden acudir a realizarse dicho procedimiento”. Señala Rebeca Moncada.

En caso de que ese mismo día haya sido violentada sexualmente, en la clínica tienen la obligación de darle una pastilla del día siguiente y profilaxis, que es un tratamiento para la prevención y control de una enfermedad o infección venérea. Ese tratamiento debe tomarse dentro de 72 horas.

“El problema es que el personal de salud desconoce que existe la norma. No se entiende que una violación es una urgencia médica y que las mujeres no necesariamente tienen que poner una denuncia ante el Ministerio Público para que acceder a un aborto”. Señala Rebeca Moncada.

Hay casos de violación de los derechos humanos de personas con capacidad de gestar, donde las herramientas jurídicas y organizaciones feministas han ayudado para que las mujeres hagan valer sus derechos reproductivos.

“En Morelos es ilegal abortar, pero con la Norma 046 las mujeres pueden acceder. En 2019 hubo un caso donde una menor de 13 años, que había sido victima de violación, acudió con su madre al Centro de Salud Ahuatepec, en Cuernavaca, para realizarse un aborto; sin embargo, el personal de salud violó los derechos de la menor al negarle este procedimiento. Los médicos le dijeron que tenían que consultarlo a través de un consejo de ética, para determinar si era necesario interrumpir su embarazo. Finalmente determinaron que no era necesario porque atentaba contra a vida de la criatura”.

Para ese momento, la adolescente, con apoyo de la organización Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), pudo ser trasladada a la Ciudad de México para poder interrumpir su embarazo. Cabe destacar que este caso llegó hasta la Suprema Corte de Justicia, debido a que el personal de salud había violado gravemente los derechos humanos de la adolescente y de la mamá.

Foto: Koral Carballo/Bloomberg

Sin embargo, no ha sido el unico caso donde, después de ser despenalizado el aborto, niegan la atención médica, incluso a comprobarse que la persona fue victima de violación sexual.

El caso más reciente ocurrió el pasado 12 de abril, en Jalisco, una niña de 12 años acudió a la clínica Maternidad Esperanza López Mateos, para realizarse un aborto, debido a que había sido victima de violación sexual. Después de doce días internada, las autoridades de salud no le habían realizado la interrupción y trataron de convencerla de tener al bebé y darlo en adopción. Claramente, el caso se volvió viral y la organización GIRE, intervino para trasladar a la menor a la Ciudad de México y llevar a cabo el aborto.

Después de todo, la organización GIRE ha comunicado que un tribunal ha obligado al Congreso estatal de Jalisco a modificar los artículos del Código Penal que prohíben la interrupción del embarazo. De esta manera, podría sumarse a las 12 entidades donde el aborto está despenalizado.

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