«La rutina diaria va forjando en la memoria vivencias, momentos que se alargan y brotan de improviso»
Por: Miguel Mariscal // @1miguel.mariscal
| Jueves 23 de marzo 2023, Guadalajara, Jalisco.
| Tiempo de lectura: 1 min

Tú me abrazas,
espantas el sueño
con un amanecer impostergable.
Memorizas cada paso
incrustado en el polvo exiguo de la mirada:
Un viento lejano que se acerca a tu rostro,
una lumbre sobre el tejado ensordecido,
un seco maullido del alba próximo a su final.
Tú me abrazas reconociendo las dimensiones
y el peso exacto de mi corazón.
Sabes los deseos del frío y sus jardines
asidos a la rutina, ahí donde la escasa luminosidad
de tu pecho se balancea queriendo juntar sus pedazos rotos.
Así registras en cada aliento el paso de los días,
el tibio laberinto de los sueños y sus entreabiertas portezuelas.
Yo el que siempre te busca en las hojas blancas,
el que huele tus atmósferas en lo amorfo de mis bordes.
Yo soy en ti misma, en cada ventanal arenoso de tu cuerpo,
solidificado por tus lágrimas religiosamente incomprendidas.
Así a cada paso como una corrupción surgida de improviso,
llevamos inmersos la vida.