Tres mitos sobre el amor desmontados desde el psicoanálisis

El psicoanálisis nos brinda una mirada más profunda a nuestros pensamientos y emociones, por lo que con él, podemos desmentir mitos sobre el amor.

Por: Isaac Chávez // @isaac_chavez96

| Lunes 6 de febrero, 2023, Ciudad de México.

| Tiempo de lectura: 7 minutos

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1. La pasión debe de perdurar siempre

Se suele pensar que para que «la llama del amor» no se extinga, se tiene que tratar a la persona como si fuera la primera vez, o sea, cuando se esta en fase de enamoramiento, sin embargo, esta fase tiene una fecha de caducidad y llega un momento donde ya no se siente lo mismo que cuando se empezó a salir con aquella persona especial.
El doctor austriaco Sigmund Freud propuso que nuestros impulsos tienen dos principios fundamentales, el principio del placer y el principio de realidad (véase el artículo «Deseo, amor y otros pensamientos de placer»). Desde el principio del placer nuestro inconsciente busca deshacerse de lo desagradable que sentimos, impulsándonos a sentir placer con los estímulos más rápidos y próximos a nosotros que nos satisfagan. El enamoramiento nos produce satisfacción por el mecanismo mencionado. Así pues, el decir que la pasión de pareja debe ser infinita, desde un punto de vista Freudiano, equivale a dejarse llevar por un deseo de placer inconsciente, dejando de lado la realidad que nos causa «displacer» y terminando por decir «ya no siento lo mismo que antes», finalizando así una relación.


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2. Solo tengo ojos para ti

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En nuestro inconsciente quedan vestigios de impulsos irracionales meramente instintivos presentes en el origen de nuestra especie pero, si aún esos impulsos están en nosotros, ¿por qué no damos rienda suelta al instinto? Bien, pues en el texto titulado «Tótem y Tabú», Freud expone la cultura de los pueblos primigenios australianos y cómo una figura totémica mantenía a raya su actividad sexual. Para estos pueblos un tótem representaba un grupo, una unidad y por cada grupo existía un tótem diferente, por lo que si un numero de personas pertenecía al tótem del águila (por poner un ejemplo), entre ellos estaba estrictamente prohibido mantener relaciones sexuales. No era que los uniera un lazo consanguíneo, sino un lazo espiritual.

Cabe destacar que aunque en estos pueblos aún no existían conceptualizaciones como la ética o la moral, ya se tenía una medida contra el impulso inconsciente de mantener relaciones sexuales a placer. Hoy en día contamos con conceptos morales, éticos y hasta religiosos (superyó) que mantienen a raya esa parte instintiva de nuestra psique (ello) Así que, no es que no se tengan «ojos por otras personas» fuera de la relación monógama, sino que los valores morales que introyectamos inhiben el deseo inconsciente y primitivo de la promiscuidad y hasta del incesto.

3. «Sus celos están demostrando que le importo»

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Freud decía que el que ama ha sacrificado (por así decirlo), un fragmento de su narcisismo y sólo puede restituirlo a cambio de «ser amado», pero ¿Qué tiene que ver el narcisismo con el amor? En psicoanálisis a diferencia de la psiquiatría, el narcicismo se comprende un rasgo de la personalidad que, si no se controla, puede llegar a ser patológico. El psicoanalista austriaco Heinz Kohut, decía que una de las etapas del ser humano era el narcisismo primario, en esta instancia un infante no reconocería a otros individuos como tales, sino como una extensión de sí mismo que le facilita saciar sus necesidades. Luego viene el amor al objeto, que es un reconocimiento del otro, pero con un valor significativo.

Si el narcisismo primario era superado, el amor objetal seguía su rumbo normal, pero si no, aparecía el narcisismo secundario ya en la adultez. Todo esto comprende que el narcisismo es parte de nuestro inconsciente. Por tanto, Freud en su frase, hace alusión al hecho de que se espera de vuelta esa parte del «yo» que se está entregando. Los celos ocurren cuando el intercambio narcisista se siente comprometido. Por lo mismo se muestra hostilidad hacia ese tercero del cual se percibe la «amenaza», pero cabe aclarar que todo esto son axiomas inconscientes. Así pues, desde esta perspectiva, podemos decir que los celos son más porque te importa más tu integridad, que la de la otra persona.

Con todo esto, ya podemos vislumbrar que el amor de pareja no es como se nos presenta en las películas o la música, pero eso no significa que el amor deje de ser hermoso, pues como decía el escritor uruguayo Mario Benedetti: «Me gustaría pasar el resto de mis días con alguien que no me necesite para nada, pero que me quiera para todo» ya que, en un sentido analítico, ese alguien compartirá su vida y lo que es, con alguien más que tenga su propia vida y que también es (no por necesidad, faltedad o algún impulso inconsciente), simplemente lo hará por mero amor.

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