«El problema es que esperamos que la mujer trabaje como si no tuviera hijos y críe como si no tuviera que trabajar».
Por: Stephania R.Gloria // @stephania.rgloria
| Sábado 14 de enero, 2023, Guadalajara, Jalisco.
| Tiempo de lectura: 3 minutos.

“Dime entonces mujer ¿Hay mujer?” – Rosana Camarena.
No hay palabra para el vínculo profundo que tengo con mis hijos, mientras alguien se atreve a decir que “no estoy haciendo nada”.
Lo pesado no es el trabajo sino llegar a casa y resolverlo todo, tener la disponibilidad plena que merecen esos hijos que estuvieron esperando.
Hace días toqué fondo al mirar cómo se marchitó mi deseo en el espejo.
¿Quién soy? Pensé
¿Cómo sería diferente?
Sí, amo mi vida, ¿Por qué hay un vacío y añoranzas sin nombre?
¿Por qué arde la memoria?
Dices que nací insatisfecha en cada gota de mi sangre. Que soy egoísta. Y reafirmas la culpa que otros me hacen sentir.
Dime que pertenezco, aún con varias arrugas y varios años después. Estuve cuidando niños, me desvelé cuidando mis letras.
Y puedo decir “amo lo que amo”, pero nadie advirtió mi necesidad,
dejé algunas heridas abiertas que se infectaron porque había que atender otras urgencias.
“Guarda silencio, no te quejes. Agradece” “Un hijo es una bendición” Lo sé, créeme.
Pero tengo un rugido poético,
unas ganas de correr, bailar,
una necesidad grande de escuchar silencio,
de no sufrir cuando los chicos se enferman,
desenterrar las flores que me diste cuando nos conocimos
y me admirabas desde la puerta de aquel salón.
De que no le tengas miedo a mi sensibilidad,
de que se ajusten mis costillas a aquel vestido de noche,
de escuchar que aún impacto en tus latidos.
De cantar y no tener prisa por alcanzar a hacer todo.
Ahora soy más fuerte, sí. Pero tengo derecho a descansar, a una sociedad más empática, respetuosa y solidaria.
(Dedicado a todas las madres de familia, para mí mujeres chingonas).