Erróneamente se ha considerado a las personas que viven con esta condición permanecer en una infancia eterna, pero ésto no es así.
Por: Mayavi Barajas // @mayavib
| Martes 08 de noviembre, Ciudad de México.
| Tiempo de lectura: 5 min.

Un pilar importante del ser humano es la sexualidad para poder así identificarse como tal, ya que está relacionada con la afectividad, la capacidad para amar y la aptitud para desarrollarse con los demás. Cuando hablamos de sexualidad es necesario adentrarse en las relaciones interpersonales y en los sentimientos para poder ver sus efectos en el desarrollo y autodesarrollo del mismo ser humano. Engloba, a su vez, una serie de condiciones culturales, sociales, fisiológicas, emocionales y de conducta relacionadas con el género, sexo, orientación y el erotismo. Dicho esto, existe la siguiente pregunta latente: ¿La sexualidad existe en una persona con Síndrome de Down?
Las personas con Síndrome de Down tienen un material adicional en el cromosoma 21. Pese a esto, no dejan de ser individuos que tienen derecho a disfrutar, descubrir y desarrollar su sexualidad de manera positiva. Una sexualidad positiva quiere decir que sea responsable, informada y consensuada.
Las etapas de crecimiento del ser humano: la fase prenatal, la infancia, la niñez, la adolescencia, la juventud, la adultez y la vejez resultan de la misma manera para las personas con este diagnóstico a excepción de que los tiempos para pasar de una etapa a otra son más prolongados.

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Como en toda adolescencia se experimentan cambios físicos, hormonales, psicológicos y sociales. Las personas con esta enfermedad no son exentos a estos. Por esta razón es importante que ellos también reciban una enseñanza dirigida a la educación sexual, adaptada a su modelo de aprendizaje.
El desarrollo sexual por consiguiente, es el mismo que el de una persona sin dicha enfermedad. Sin embargo, su sexualidad se ve mermada debido a la sobreprotección de los padres y a la sociedad. La sociedad toma un papel importante por las creencias, mitos e ideas erróneas sobre la enfermedad al creerles a ellos como seres asexuados por una supuesta infancia eterna.
Esto sólo trae consigo una actitud habitual en su conducta sexual relacionada con la restricción, prohibición y culpabilidad. Privarlos de su sexualidad implica que factores como la autoestima se vean afectados negativamente y que no entiendan que sucede con su cuerpo y con sus deseos, provocando así una conducta sexual inadecuada.

Basta de creencias erróneas
Se debe dejar la creencia de que las personas con esta enfermedad viven en una eterna infancia y se debe asumir que, aunque tienen una condición distinta, no son personas con deficiencias ni objeto de cuidado y atención constante.
Se necesita empezar a ver a las personas con Síndrome de Down como realmente son: sujetos que poseen derechos, aspiraciones, anhelos, que no pueden ser restringidos y que si son dirigidos con una buena educación, validando sus deseos, pueden lograr tener una vida como la de cualquier otro individuo.
En Túnez existe una pareja en la que ambos tienen Síndrome de Down. Sus nombres son Sowar al-Sahili y Fouad al-Taher, ambos pudieron consolidar una relación y un futuro matrimonio pese a los tabúes sociales con la ayuda de sus familias.
Visibilizar esta condición para poder entenderla mejor es crucial para poder ayudarles y orientarles de una manera responsable y positiva, para poder quitar los tabúes que existen dentro de la misma y lograr que ellos puedan vivir una vida plena sin limitaciones.
Un comentario en “La sexualidad de una persona con Sindrome de Down”