La astros han sido una brújula y pregoneros de las estaciones del año en la antigüedad, pero ¿Así como «influyen» en todo eso, también influirán en nuestra forma de vivir y ver la vida? ¿Psicológicamente, tiene algún sustento la astrología?
Por: Isaac Chavez
| Martes 5 abril, 2022, Ciudad de México
| Tiempo de lectura: 7 min

Quizá hace 25 millones de años fue la primera vez que el ser humano se dio cuenta del influjo de un astro sobre algo aquí en la Tierra, por ejemplo, cuando observaron que la posición de la Luna afectaba a las mareas. Posteriormente, tras evolucionar como civilización, la posición de las estrellas ya era fundamental para trazar un camino de navegación, incluso para saber en qué fechas del año era mejor cosechar y obtener buenos productos. Era de esperar que, si esos objetos brillantes en nuestra bóveda celeste “influían” en nuestro camino y en la misma naturaleza, también puede que dictaminen rasgos de personalidad y conducta de nosotros mismos o, ¿no?
Primero, hay que saber que la astrología no son sólo los horóscopos que lees en revistas o que llegan a tu teléfono, de hecho, para un astrólogo profesional, este tipo de prácticas son superficiales y llegan a ser incluso ridículas para los más ortodoxos en la disciplina.
La carta natal con toda su complejidad (en la cual no ondearemos) es el marco teórico por el cual la Astrología se rige y utiliza datos como la posición, oposición, cuadraturas, conjunción y trígonos de los cuerpos celestes para describir la personalidad y conducta de un individuo. Sin embargo, aunque la Astrología tiene todo un método muy complejo para esto y utilizan datos científicos para saber la posición de los astros, sus predicciones no tienen ninguna base científica y se ha demostrado mediante la física, astronomía y otras ciencias que los cuerpos celestes no tienen ningún tipo de influencia sobre nuestro futuro o forma de ser. De acuerdo con la Psicología, no se sostiene la Astrología.
Sesgos cognitivos dentro de la Astrología

Cuando se escucha una respuesta que va acorde con lo que se piensa, el cerebro no sólo toma como verdadera esa respuesta, sino que reafirma que se está en lo correcto; a esto se le conoce como sesgo de confirmación y pasa a cada momento.
Por ejemplo, imagina que tuviste una relación durante seis increíbles años y que se terminó por una supuesta infidelidad de tu pareja, le cuentas a tus amigos, y algunas de sus opiniones son sumamente generales como: «Es de lo peor», «Qué mala persona», «Estás mejor sin él o ella», lo cual, no sólo encaja con lo que en ese momento piensas de tu ex pareja, sino que lo reafirmas porque otras personas te lo dicen y solo se enfoca en un periodo mínimo de una relación de seis años. Esto mismo pasa con la Astrología y la lectura de la carta natal, las supuestas descripciones son tan genéricas como decir que en algún punto del año puede llover y, en efecto, en algún punto del año lloverá, y entonces se toma como una «predicción».
Comúnmente se le atribuye a la sabiduría y al conocimiento una gran veracidad por su acumulación a través de los años, a esto, también le llamamos experiencia y se cae en la creencia de que entre más años tiene algo poesee mas experiencia, más sabiduría y, claro, más veracidad. A la Astrología también se le atribuye el llamado Sesgo de autoridad, el cual sostiene la creencia de que algo es cierto sólo porque se supone que quien lo dice tiene la autoridad para hacerlo. Ésta, al ser una disciplina milenaria, nos lleva a dicho sesgo y es así como pensamos que es una práctica que en verdad funciona, sólo por el hecho de ser antigua y asociada a temas realmente científicos, esto da la ilusión de un estatus de veracidad irrefutable. Otro sesgo más es el del efecto Forer, este es quizá el más prominente dentro de la Astrología, pero ¿Qué es el efecto Forer?
Efecto Forer.

Allá por 1948, un psicólogo estadounidense de nombre Bertram Forer, llevó a cabo un experimento dentro de su clase, le dio a todos sus estudiantes un test de personalidad a contestar, en el cual, se daban calificaciones del 0 al 5, siendo cero un total desacuerdo y 5 un total acuerdo de descripción.
Una vez calificados y dándoles a cada uno de los alumnos la descripción de su personalidad, éstos promediaron un 4,26 en puntuación, por lo que la mayoría se sintió identificado con lo que decía su descripción. Lo que los alumnos no sabían, era que Forer tiró a la basura los test, ni siquiera los revisó y les entregó a todos la misma descripción de personalidad aleatoria, la cual fue la siguiente:
“Tienes la necesidad de que otras personas te quieran y admiren, sin embargo, eres crítico contigo mismo. Aunque tienes algunas debilidades en tu personalidad, generalmente eres capaz de compensarlas. Tienes una considerable capacidad sin usar que no has aprovechado. Disciplinado y controlado hacia afuera, tiendes a ser preocupado e inseguro por dentro. A veces tienes serias dudas sobre si has obrado bien o tomado las decisiones correctas. Prefieres una cierta cantidad de cambios y variedad y te sientes defraudado cuando te ves rodeado de restricciones y limitaciones. También, estás orgulloso de ser un pensador independiente; y de no aceptar las afirmaciones de los otros sin pruebas suficientes, pero encuentras poco sabio el ser muy franco en revelarte a los otros. A veces eres extrovertido, afable, y sociable, mientras que otras veces eres introvertido, precavido y reservado. Algunas de tus aspiraciones tienden a ser bastante irrealistas”
¿Apoco no te identificaste también con esta descripción de personalidad? Así de fácil es persuadir y cualquier persona que tenga una buena habilidad discursiva, podrá delinear un tipo de personalidad que encaje contigo y con cualquier otra persona. Pero no sólo las percepciones de la verdad se ven distorsionadas por los sesgos cognitivos, sino que, en este caso astrológico, la memoria también influye en la percepción emotiva.
Memoria selectiva

Como tal, la memoria selectiva no es un tipo de memoria en sí, mejor dicho, es un proceso mental que permite recordar sólo aquello que es válido para cada forma de pensar. Este proceso va muy de la mano con el ya mencionado sesgo de confirmación, pues con este, se selecciona la información que refuerce el punto de vista particular en tiempo presente, al interiorizarla, con el paso del tiempo la memoria sólo selecciona recuerdos de aquello que le conviene, es agradable o refuerza la perspectiva y que no causa dolor.
En el caso de la Astrología, en el supuesto que la descripción de Aries para hoy dice: «Eres alguien apasionado por lo que haces, lo que te lleva al estrés por querer que todo salga a la perfección. Este mismo perfeccionismo te llevará a grandes cosas a costa de muchas personas».
Unos días después, otra persona pregunta por lo que decía su signo en el día en que fue visto el anterior, a lo que se respondería con un: «Decía que le tengo mucha pasión a lo que hago y que por eso soy perfeccionista», de esta forma, la memoria selectiva entra en acción recordando sólo la parte que para positiva y lo demás lo desecha, pues lo otro no le será relevante. Así, cada manera de pensar no sólo moldea la percepción de la realidad, sino que también moldea la memoria.
La Astrología es una creencia que muchas veces «funciona» gracias a aquellas debilidades psicológicas de la percepción, esto ayuda a validar de forma contundente su postura y poder seguir siendo relevante hasta la actualidad. Si bien, existe infinidad de gente maliciosa que se aprovecha de estas debilidades, también existen astrólogos que en realidad buscan el bienestar de las personas por medio de su creencia y que la desarrollan a fin de ayudar. Pero la comodidad, sumada a la agradable sensación de sentirse aceptados, confortados y de querer tener control de lo que pasa, hace que suene lógico aceptar como verdaderas este tipo de declaraciones instantáneas.
No es que la ciencia trate de ridiculizar a la Astrología, de hecho, durante muchos años se intento dar veracidad de forma científica a esta disciplina, pero con el paso de los años, esta misma se hizo insostenible y descartada como un estudio serio. Así, lo que antes era Astrología, ahora es Astronomía, dejando a un lado la creencia para dar paso a la ciencia, tal como es el caso de la Alquimia que se transformó en lo que hoy conocemos como Química. Como juego, es divertida la Astrología, pero nunca hay que dejar la estabilidad emocional, mental y financiera en manos de una pseudociencia pues, aunque resulte más cómodo, es mejor hacerse responsable de sí mismo y construir un criterio basado en ciencias legítimas y conocimientos que permitan la formación de un pensamiento crítico que permita liberarse de algunas cadenas ideológicas.