Por: V.M. Silva
Viernes 23 de julio, 2021, Ciudad de México.
La historia de la paternidad ha sido muy cambiante a través de los años. Sin embargo, a pesar de las variantes, el padre ha significado el poder y el dominio con su linaje. En el arte se ha representado, de diferentes maneras, ya sea con mitos o religiones, esta relación hostil y complicada donde la relación padre-hijo nunca termina bien.
Dios como la mayor representación de la paternidad
Hablar de la paternidad hace que sea necesario mencionar los roles que siempre ha habido entre padre y madre; aquí, el hijo sale sobrando, todo el asunto de engendrar recae sobre la visión que se tiene de la madre y el padre, y esto va directamente relacionado a cómo se ve a la mujer y al hombre.
La paternidad, históricamente hablando, ha sido víctima de su contexto y, por lo tanto, de su religión. Desde la herencia judeo-cristiana el padre es visto como el máximo representante de la vida. Vida que Dios dio, ya que, no sólo es padre de Cristo, sino el padre de todos. Por lo que parece que el rol de la mujer es de únicamente traer a la tierra a los hijos de Dios.
La virgen es la representación de la maternidad, cada mujer que da a luz es la manera y el medio que Dios está eligiendo para hacerse presente, una y otra vez. Y, precisamente, esa representación cambió la visión de las funciones maternas, que en un principio se basaban en el mito. El acercamiento con su hijo, simbolizando darle pecho ella misma, transformó el pensamiento y la maternidad a una de manera mas consciente e ilimitada. Y esto es reflejado (incluso actualmente) en un sinfín de pinturas: «La anunciación a la Virgen de que será madre, la crucifixión de Jesús y la elevación de María es una evidencia de la divinidad y el sufrimiento de una madre. Muy mexicano ¿no?
Y esto es un claro ejemplo de que la imagen es parte sustancial del sujeto, ya que le da una realidad en la que puede habitar, un rumbo y una identidad. Tomando en cuenta esto, y sin meterse en la importancia del arte, las pinturas, desde sus inicios, le dieron forma, tamaño y color a la religión occidental más dominante desde el siglo IV, el cristianismo.

Pero, al parecer el papel del padre queda en un vacío. Y aquí viene un conflicto, no porque la paternidad siempre haya sido más ajena que la maternidad, sino que representar a Dios es bastante complicado, y no es porque sea difícil darle rostro a un ser divino, sino que no es sólo un ente, son tres. Dios padre, hijo y espíritu santo es la trinidad más conocida y representada en el mundo del arte, y si Dios tiene una imagen, todo lo demás también lo debe tener. Aunque esto no signifique que sea una representación honesta y natural.
La historia de Dios es compleja y bastante larga, pero esto no ha sido impedimento para que artistas pintasen escenas frívolas contando la historia de un padre ausente que envió a su hijo a sacrificarse por todos (nosotros). Aunque hay que recalcar que el que haya tanto lienzo lleno de escenas bíblicas es por una dominación de la iglesia que se ha ido agotando con los años. No se debe romantizar la pintura, en el arte todo es poder.
El padre eterno y el padre real
Dios no es el único que tiene una historia complicada con su hijo, existen algunos mitos e historias que se plasmaron de manera asombrosa en un lienzo. Divinidad y sufrimiento en la misma pintura parece que realmente represento la relación padre-hijo. La divinidad porque somos hijos de Dios, y porque por el sólo hecho de ser hombre significa tener una posición superior a la mujer, a la maternidad y hacia el propio hijo. Y sufrimiento porque hay una imposición de poder y un control descomunal ante la responsabilidad de la paternidad.
Y es que cada historia escondida en las mejores demostraciones artísticas está llena de sangre, dolor y, a veces, locura que siempre viene del padre, lo cual reitera (incluso de manera simbólica) el poder de un sujeto que te dio la vida (aunque nunca hayas pedido nacer).
Y hablando de demostraciones artísticas, existen algunas temáticas que no pueden pasar desapercibidas por la sociedad: La crucifixión de Jesús, Saturno devorando a sus hijos e Iván el Terrible son tres escenas que vienen a darle tamaño y forma al texto.



Representaciones Padre-Hijo

La crucifixión es la escena mas conocida de la religión cristiana. Dios padre va a salvarnos a todos con el sufrimiento de su propio hijo y éste es crucificado frente a todos. Se ve en filmes y pinturas, donde casi siempre está su madre desfalleciendo de dolor por su hijo. Pero esta vez la madre no será la protagonista, suficiente tuvo con tener un hijo de alguien que nunca conoció y que después de 33 años se lo arrebató.

Saturno (o Cronos), es el dios griego que representa el tiempo. Según cuenta el mito, el oráculo anunció la traición de uno de sus hijos al quitarle el trono y para evitar que eso se cumpliese, decidió comerse a sus hijos según iban naciendo. Sin embargo, fue engañado por Rea, madre de todos los hijos asesinados y en una ocasión en vez de entregarle a su hijo le dio una roca que devoró sin sospechas. Ese hijo salvado fue Zeus, quien lo enfrenta y lo derrota, rescatando a sus hermanos del estómago del vil padre. A pesar de hacer todo lo inimaginable para que siguiera con el poder se terminó cumpliendo la profecía.

Iván el terrible fue… esta es una escena donde Iván sostiene a su hijo el cual está falleciendo a causa de un golpe del mismo padre.
¿Entonces ese vacío se llenó? Pareciera que la paternidad en el arte sólo representa muerte, tragedia y locura ¿Acaso son sólo pinturas aisladas o realmente están plasmando una relación que a lo largo de los años ha sido hostil, indiferente, ajena y llena de expectativas de domino y poder?