Alebrije Semetary

Por: Eduardo Omar Honey Escandón

10 de mayo, 2021. Ciudad de México.


Es noche de Halloween. Laura, una niña de ocho años, pasea aburrida lejos de sus amigos. Llega a la vieja y solitaria ceiba junto al río. Está sin hojas y sus flores refulgen bajo la Luna. Ve cómo, mientras suenan las campanadas de medianoche, se funden para convertirse en frutos plateados. No han terminado los repiques cuando empiezan a caer. Ella toma uno de ellos y lo observa.

La fruta se agita inquieta, brinca una y otra vez. Finalmente su corteza se rompe y una nariz sobresale. Laura está sorprendida, quita más pedazos de la cáscara: un globoso alebrije juega entre sus manos. Tiene los ojos de un negro estelar, lo cubre un vello sedoso con los colores plata de la senda lunar, puntos obsidiana brotan de aquí y allá como piedras preciosas. Tiene seis patas y una cola larga como la de un colibrí misterioso.

Laura está maravillada y acaricia al alebrije. Este le responde revolcándose en sus manitas. Ronronea cual espectro amoroso. La niña decide que será su amigo y se devuelve a su casa. Esquiva a su madre quien le dice que hay dulce de calabaza en la mesa. Laura espera un rato para robar unos trozos en una taza de barro. Mientras el alebrije devora los dulces pedazos, la niña lo bautiza como Noche.

A la mañana siguiente, Laura despierta y se asoma debajo de su cama. Noche duerme plácidamente en la caja donde lo dejó pero ahora, ¡mide el doble! Para que sus padres no noten a Noche, atiende todo lo que le piden:hoy deben visitar el cementerio apenas oscurezca.

Más tarde su familia rodea las tumbas de la parentela, sacan veladoras y ponen la comida. Laura se aleja, lleva a Noche en un morral que sacó a escondidas de la casa. En un rincón apartado pone a su amigo en el suelo, le da comer, luego juega con él. Casi a las doce ha crecido, pero se ve cansado y lento. Noche se acerca para acurrucarse junto a ella. Laura lo toma y lo acuna mientras el alebrije muere ronroneando.

Veinte años después, en Halloween, Laura lleva a sus hijos y sobrinos donde está la joven ceiba. Hoy dará frutos y cada uno de los niños tendrá su alebrije, hijos de Noche que allí sepultó.


Sobre el autor:

Eduardo Omar Honey Escandón (México, 1969) Ing. en sistemas. Participante desde los 90s en talleres literarios bajo la guía de diversos escritores. Publica constantemente en plaquettes, revistas físicas, virtuales e internet. Textos suyos fueron primer lugar o finalistas.  Ha sido seleccionado para participar en diversas antologías. Imparte talleres de escritura para la Tertulia de Ciencia Ficción de la CDMX. Pertenece a la generación 2020-2021 de Soconusco Emergente. Prepara su primera novela.

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